Realidad, Literatura y Conocimiento se dispone en dos partes, la primera estudia las modalizaciones que la austeridad castellana imprime en las novelas cortas cervantinas (Ejemplares e intercaladas) sobre el modelo de las novelle italianas; la segunda analiza algunos episodios que en El Quijote plantean problemas en relación con las ideas epistemológicas del Humanismo. La obra literaria inspira sus formas y motivos temáticos en la experiencia del autor, bien sobre la realidad (mimesis de la Naturaleza), bien sobre obras literarias anteriores (mimesis de los textos), y las presenta con modalizaciones, que le confieren originalidad, fuerza, estilo, encuadre cultural de una época, etc. Las novelle italianas, traducidas al español, eliminan, por imperativo de la censura, de las buenas costumbres o de la sensibilidad castellana, aquellos pasajes más escabrosos que podían sorprender a los lectores españoles. Las novelas cortas cervantinas que siguen el modelo italiano, en cuanto a extensión, temática, enfoque, etc. son ejemplares desde la perspectiva de la austeridad y compostura castellanas.
La segunda parte de la obra analiza cómo la teoría epistemológica subyacente en El Quijote se configura en los principios y argumentos humanistas, que han sustituido el esquema de conocimiento basado en la prueba irrebatible del magister dixit; el contraste entre diferentes argumentaciones humanas puede llevar a la verdad o quedar en punto muerto. Los episodios de Sansón Carrasco, del Caballero del Verde Gabán, el encantamiento de Dulcinea, y muchos otros, muestran cómo los personajes se van conociendo entre sí o conociendo la realidad, sin alcanzar certezas, a través de la experiencia, la información, el discurso, la reflexión, la lógica... Cervantes comprueba la inseguridad del saber humano sometido a sus propias limitaciones y verifica cómo don Quijote no puede encontrar seguridad en su experiencia ante Sanson-el Caballero de los Espejos, ni puede conocer sin dudas el modo de ser de don Diego de Miranda. Parece que la realidad, captada por el hombre y transformada en literatura, no es un camino de certezas. La realidad, la literatura y la argumentación pasan al texto cervantino solamente mediante el filtro del conocimiento Humanista.