VILLACAÑAS BERLANGA, JOSE LUIS / GARRIDO, ANXO
Las sociedades democráticas, si quieren sobrevivir en medio de lasluchas de futuro, ya no pueden ser descritas con el adjetivo deliberales. Si quieren proteger la libertad genérica, la libertadcompartida, la libertad defendida en común, deben poner en primerplano la libertad que da razones de su sentido. No se trata tanto deque sea una libertad común, sino de que implique formas de gozar y depraxis justificadas en común. La decisión por la democracia no implica la lucha por una homogeneidad que abre el camino regio a la victoriadel mercado, sino más bien por la disposición de medios materialespara producir vínculos sociales compartidos. No vemos la necesidad deinsistir en la continua producción de diferencias como formafenoménica de la libertad. Pensamos más bien en una libertad volcada a la producción de semejanzas entregadas al goce abierto de la mímesisen tanto praxis enraizada en deseos, afectos, sentimientos yexperiencias. Libertad no quiere decir hacer lo que nadie hace, sinosencillamente tener el poder de hacer lo que otros. En este horizontecobra significado la revisión de las grandes