La poesía de Enrique Morón se distingue por su variedad temática y estilística. Sus poemas, predominantemente intimistas, no solo manejan este registro sino que, dentro de un humanismo transcendente, abordan todo tipo de temas (el amor, la naturaleza, el tiempo, la soledad...) y, al mismo tiempo, muestran una preocupación ética y estética por los problemas de este mundo. A lo largo de su extensa trayectoria creativa, el autor ha demostrado en numerosos casos su dominio de la palabra y su eficacia lírica, tanto en poesías ajustadas a la métrica como en verso libre, alternando, a través del tiempo, ambas soluciones.
Romances del crepúsculo se inscribe dentro de su poesía rimada. Como ya hiciera en su juventud, el poeta logra una vez más rescatar -con indudable maestría y acierto- el sabor del viejo romancero, en este caso, con poemas novedosos, tanto por el contenido temático como por el tratamiento ambiental. Son poemas que, sin desatender su impronta tradicional, se centran en personajes y motivos del mundo actual, propios del tráfago urbano, y ahondan en la preocupación del poeta por la problemática que les concierne. Es, en definitiva, otra sorprendente aportación que marca un hito de excelencia poética y enriquece nuestra ya dilatada tradición romancística.