Una plantita bastante fea nació en un montón de tierra de un grandioso jardín botánico. El señor jardinero la quiso arrancar, pero ella tenía poderes telepáticos en su mente y, una noche, mientras él dormía, se metió en su cerebro, le contó su historia y lo convenció de que no lo hiciese. A partir de ese día, en el jardín botánico sucedieron cosas maravillosas. Este relato lo pueden leer niños desde los diez años a los noventa.