Sin confesión, sin testigos, sin cadáveres, sin restos biológicos. Con condena. Una investigación periodística de primer orden convertida en un adictivo relato policial. Un caso real, una investigación criminal por doble homicidio en la que los cadáveres no han sido encontrados. Reúne todos los ingredientes de los mejores thrillers: investigadores incisivos, un testigo que contradice su propio testimonio, un puzle de indicios circunstanciales y un sospechoso, Ramón Laso, cuyos antecedentes no pasarán desapercibidos para los investigadores de la Unidad Central de Personas Desaparecidas. ½Yo soy de una forma que a veces no sé si soy demasiado bueno.+ Tras años de entrevistas con Ramón Laso en el centro penitenciario donde está encarcelado, Fàtima Llambrich ha trazado el vivo retrato de un hombre inquietantemente seductor. Condenado a 30 años de prisión, insiste en su inocencia y rehúye hablar de un pasado que lo ha sentenciado de por vida. Sin cadáver se adentra con pericia en la metodología que ha servido a los investigadores para fundamentar la primera condena en España por doble homicidio sin que se hayan encontrado los cuerpos de las víctimas, ni restos biológicos, ni haya testigos, ni tan siquiera un arma del crimen y con el acusado manteniendo su inocencia. Tumban, así, el falso mito del sin cuerpo no hay delito.
Sin confesión, sin testigos, sin cadáveres, sin restos biológicos. Con condena.
Una investigación periodística de primer orden convertida en un adictivo relato policial. Un caso real, una investigación criminal por doble homicidio en la que los cadáveres no han sido encontrados.
Reúne todos los ingredientes de los mejores thrillers: investigadores incisivos, un testigo que contradice su propio testimonio, un puzle de indicios circunstanciales y un sospechoso, Ramón Laso, cuyos antecedentes no pasarán desapercibidos para los investigadores de la Unidad Central de Personas Desaparecidas.
«Yo soy de una forma que a veces no sé si soy demasiado bueno.»
Tras años de entrevistas con Ramón Laso en el centro penitenciario donde está encarcelado, Fàtima Llambrich ha trazado el vivo retrato de un hombre inquietantemente seductor. Condenado a 30 años de prisión, insiste en su inocencia y rehúye hablar de un pasado que lo ha sentenciado de por vida. Sin cadáver se adentra con pericia en la metodología que ha servido a los investigadores para fundamentar la primera condena en España por doble homicidio sin que se hayan encontrado los cuerpos de las víctimas, ni restos biológicos, ni haya testigos, ni tan siquiera un arma del crimen y con el acusado manteniendo su inocencia. Tumban, así, el falso mito del sin cuerpo no hay delito.