El arte del barroco le fascina por la constante comparecencia de la muerte que, alegorizada o literal, se concita en sus obras; una presencia que, al mismo tiempo y contradictoriamente, supone una celebración macabra de la vida y de todo aquello que de f
El arte del barroco le fascina por la constante comparecencia de la muerte que, alegorizada o literal, se concita en sus obras; una presencia que, al mismo tiempo y contradictoriamente, supone una celebración macabra de la vida y de todo aquello que de f