Existe una creciente relación entre el mundo del videojuego y lageopolítica internacional. Hace tiempo que este formato traspasó lafrontera de lo lúdico para ocupar una posición destacada en la agendapropagandística, cultural o nacionalista de los Estados.ááChina ocupauna posición dominante en el empleo de esta tecnocultura; formandoparte de suásoftpower, mostrando una imagen moderna y edulcorada de su presente político y económico; y como parte de una estrategia globalde guerra tecnológica (inserta en sus macroproyectos de gobernanzaglobal) imponiendo susácreaciones a través de poderosos tentáculoscomo el grupoáTencent. En la presente obra se analizan todos estostemas destacando la relevancia política, cultural y económica delvideojuego en el gigante asiático.