Barnatán habla nuestro idioma, porque habla el dialecto del amor y su contrario, porque habla desde la euforia y desde el desasosiego, de autolesión y de redención, como también lo hicieran en su momento Lope, Calderón y Shakespeare. Como hablan los clásicos. Pero Jimmy lo hace desde hoy, desde la calle, desde el sudor, el sufrimiento y la desesperación (cómo me han traído a la memoria los ensayos de esta Noche en el St. Johns determinados momentos del profundo mar azul que surcaban los ilusionados y condenados perdedores Danny y Roberta de John Patrick Shanley, y cuanto deleite poético he recibido de ello: I´m a looser baby. Mariano de Paco Serrano.