Esta novela –la última escrita por Giorgio Manganelli antes de su muerte en 1990– es la visión alucinada de un lugar, «en el que es difícil entrar e imposible salir», llamado la ciénaga definitiva. Entra en ella quien lleva una culpa pero no sabe por qué. A medida que seguimos al narrador y a su caballo, adentrándose en esta tierra «turbiamente viva», nos sentimos arrastrados en los remolinos metafísicos de la creación de un demiurgo maligno. Manganelli, inventor de mitos, en cuyos textos encontramos los Fuegos, las Esencias, el Diluvio, el Infierno y el Sueño, se enfrenta ahora con la Ciénaga del Error y el Arca. Esta ciénaga es infierno y jardín, es lugar de castigo y suave regazo de barro, útero y excremento, cementerio y monólogo demente, y parece habitada por la soledad de la muerte. En definitiva, la gran obra póstuma de Manganelli.