Estas ficciones mestizas amplifican los diálogos que se establecen entre los libros que pueblan las estanterías de todas las bibliotecas y que nunca están callados. Un libro lleva a otro libro, un autor prefigura o anuncia a otro autor, mientras que usted, al volver las páginas que vuelan entre sus manos, se hace eco de todas las palabras que, conjuradas por su mirada, componen el antiguo arte de la lectura, aquel en el que la imaginación es parte de la memoria y el conocimiento, permitiéndonos el milagro de soñar despiertos y de viajar en el tiempo sin salir de un libro.