Según Nabokov, nuestra existencia es una breve rendija de luz entre dos eternidades de tinieblas, para César Vallejo no somos más que muertos de vacaciones. Bertotti transforma esas no tan halagüeñas perspectivas en algo mucho más ameno; para él, la vida consiste en no tomarse ni al mundo ni mucho menos a uno mismo demasiado en serio, ya que la percepción oculta un misterio y toda autopercepción es un error. Después de la lectura de este libro nos debatimos entre contemplar extasiados la belleza de un escarbadientes, a la manera de Alfred Jarry, o de enfrentarnos al llamado del abismo como haría una abuela mallorquina, pensando en la comida y encogiéndonos de hombros. ¿Qué sabe nadie Pasemos un buen rato con un libro que nos habla de la muerte y de la vida y de la belleza y de la música, logrando a medida que las páginas avanzan que una mueca se transforme en una sonrisa.