Cuando empezó la guardería comprobé que su comportamiento no era como el de otros niños. Corría de un lado para otro, se subía a todos los lugares peligrosos, sufría muchos accidentes, le costaba estar sentado y permanecer en silencio. Comencé a indagar cuál podría ser la causa de tal comportamiento y fue entonces cuando descubrí que podría tratarse de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Descubrí entonces que muchos de los síntomas del TDAH me habían acompañado durante mi infancia y adolescencia. No tenía la menor duda, yo también era hiperactiva con déficit de atención. Con el tiempo fui desarrollado un sinfín de habilidades y recursos que me sirvieron para resolver los problemas según iban apareciendo. Cada curso era mejor que el anterior, incluso en la universidad, y me sentía capaz de llegar donde quisiese. Todas las herramientas que he desarrollado y que son fruto de 20 años de experiencia, de estudio y de observaciones, han sido una gran baza a la hora de ayudar a mis dos hijos y a otros niños con TDAH. El programa, que combina técnicas de yoga, respiración, relajación, visualización y meditación, les ayuda a estar más relajados, a tener un mayor autocontrol, a fortalecer su autoestima y a conseguir su bienestar emocional. En el texto también se trabajan otros aspectos de vital importancia como la dieta, pautas de sueño y de comportamiento, rutinas, técnicas de trabajo, etc. Es una ardua tarea. Los niños con TDAH pueden ser desesperantes, aunque no debemos olvidar que ellos no tienen la culpa de padecer este trastorno. Ellos necesitan nuestro apoyo, cariño y comprensión para superar todas las dificultades que se presenten en su camino. Si trabajamos con ellos, no solo conseguiremos unos resultados sorprendentes, sino que, además, crearemos un vínculo con nuestros hijos difícil de romper