Trembolona, sandía y zarzuela son tres de los ingredientes que encontrará en estos dos sainetes bizarros. En la primera, un monstruo visita un pequeño pueblo del Levante peninsular y acaba muerto de miedo. En la segunda, lo que parece un entrañable camping junto a la playa, lleno de frutas de agua y turistas en bañador se convierte, poco a poco, en algo mucho más oscuro y difícil de definir. Un hombre con agallas y la nariz más larga del mundo es un homenaje al Camp, el Burlesque, el Grindhouse y las publicaciones más Pulp, que no rehúye la casquería y el delirio propios de una ficción de serie B. Pero es también y sobre todo una espléndida alegoría que reflexiona sobre la memoria y el conflicto permanente entre evasión y lucidez.esolver el misterio contra reloj. Y así, sin darse cuenta, se enfrentarán al primer caso de los Irregulares de Nanking Road, la delegación asiática de la pandilla londinense. 19 años, pilotaba ya aviones de la Fuerza Aérea, durante la Segunda Guerra Mundial, y que poco después se convertiría en el propietario de una línea aérea en Liberia, un personaje de leyenda, con tanta imaginac