Compartir es un arte, una destreza espiritual equiparable a sanar. Compartir también es sanar las heridas del alma, transformar el tiempo en una función luminosa de la mente, de las manos y del corazón. El arte de compartir alcanza su cénit en el voluntariado y en la prestación del servicio desinteresado y carente de objetivos meramente personales. Es posible desarrollar una estrategia creativa para trabajar semejante arte. Esta obra propone una visión y un camino. Una visión esperanzada pero fundada en la experiencia directa, en las pruebas de la vida, sobre el inmanente poder del alma humana para amar y servir. También delinea un camino que atraviesa toda la existencia del servidor y que la conduce hasta las excelencias del deber cumplido. Cumplir, completar nuestro camino en la vida proporciona la más pura y rica experiencia de dicha y felicidad. El deber del ser humano, del hombre para sus hermanos, sólo puede cumplirse, completarse cabalmente, mediante la plena realización de ese poder cooperativo. responsable y redentor que hace de los seres humanos, de las mujeres y los hombres de todas las edades, confesiones y credos, el factor equis de la Creación.
Compartir es un arte, una destreza espiritual equiparable a sanar. Compartir también es sanar las heridas del alma, transformar el tiempo en una función luminosa de la mente, de las manos y del corazón. El arte de compartir alcanza su cénit en el voluntariado y en la prestación del servicio desinteresado y carente de objetivos meramente personales. Es posible desarrollar una estrategia creativa para trabajar semejante arte. Esta obra propone una visión y un camino. Una visión esperanzada pero fundada en la experiencia directa, en las pruebas de la vida, sobre el inmanente poder del alma humana para amar y servir. También delinea un camino que atraviesa toda la existencia del servidor y que la conduce hasta las excelencias del deber cumplido. Cumplir, completar nuestro camino en la vida proporciona la más pura y rica experiencia de dicha y felicidad. El deber del ser humano, del hombre para sus hermanos, sólo puede cumplirse, completarse cabalmente, mediante la plena realización de ese poder cooperativo. responsable y redentor que hace de los seres humanos, de las mujeres y los hombres de todas las edades, confesiones y credos, el factor equis de la Creación.