«¿Qué se puede hacer cuando uno está en arresto domiciliario sinoviajar con la mente », se pregunta Xavier de Maistre (Chambéry, 1763 - San Petersburgo, 1852) para justificar el ponerse a la tarea deescribir su Viaje alrededor de mi cuarto (1794). No es mi caso, noestoy, como estuvo él, arrestado por haber participado en un duelo,sino confinado y recluido en mi domicilio, como la gran mayoría de mis conciudadanos, acosados por una calamidad inesperada de largoalcance, obligado a permanecer en él más horas de lo habitual, algoque por costumbre y la vida que de ordinario llevo, no se me haceraro, pero que durante unos meses fue por obligación legal de unestado de alarma que se alarga con un horizonte de incertidumbres. []En el libro de Alberto Manguel, Mientras embalo mi biblioteca, se dice que la propia biblioteca puede servir de consuelo, y lo mismo loscachivaches que han ido a parar a ella con los años, los viajes y, enmi caso, las diferentes casas en las que he vivido estos últimos añosde manera más o menos pasajera, las andanzas urbanas y las caminatasde monte y bosque, las husmas en las penumbras de las